Por Víctor Herrera
Nos hemos propuesto inaugurar esta sección con el
compromiso de que, cuando se trate de analizar las producciones dramáticas (telenovelas y series), lo haremos solo cuando éstas se hayan
emitido al menos hasta la mitad, pues nos parece soberbio hacer el veredicto de las cualidades y carencias de una historia cuando solo se han exhibido algunos pocos capítulos (que es lo que la mayoría de los
medios hacen, lamentablemente). Pero por otro lado, tampoco nos parece necesario ver hasta el FIN una telenovela
para poder hacer una apreciación general. Una telenovela no es una película: en
las historias de larga narración hay un punto en el que ya se puede afirmar con
mucha propiedad cómo se está desarrollando lo que nos están contando sin
necesidad de esperar a que termine.
En el caso de “La
Chúcara”, ésta emitió su final hace solo unos días, siendo un éxito para TVN en dos sentidos: es la más vista de la señal este 2015 y la única del canal que lidera su horario. Doble mérito considerando que hablamos de una
franja con menos encendido que el horario vespertino y el prime.
Pero acá no se trata de aplaudirla porque “funcionó” en
audiencia ni pretender explicar por qué fue un éxito como lo hacen tantos pretenciosos supuestos "lectores de audiencias" que por ahi abundan. Se trata simplemente de hacer un repaso
por sus fortalezas y debilidades, desde nuestra perspectiva como espectadores
que gustan de la ficción audiovisual de todo tipo, más allá de cómo le haya ido en números a la producción. Y es que creemos que a “La Chúcara” se le dio demasiado bombo
mediático porque era lo único que elevaba a TVN sobre los dos dígitos, como si
eso significara que era lo único que el canal estaba haciendo bien.
La recién finalizada teleserie de TVN, como casi todas las
que ha hecho el canal en el horario diurno, fue una historia convencional y
predecible, porque así se ha instalado que supuestamente tienen que ser las
telenovelas en dicho horario: apelar al melodrama clásico, a varios personajes
prototípicos reconocibles, a los lugares comunes y a los conflictos vistos varias veces. El
éxito logrado por todas las producciones nacionales que han pasado por dicha
franja serían muestra de que comercialmente eso funciona y quizá también de una audiencia fiel y no muy
exigente que simplemente se deja entretener. “La Chúcara” echó mano a todo eso de manera
consciente y lo hizo bien. Y además contó con dos ingredientes que hasta ahora no habíamos visto en el horario: la pareja protagonista era atípica en cuanto a sus personalidades (ni un galán ideal ni una heroína cándida y sufrida) y la historia se desarrolló en un espacio rural. El resultado fueron personajes creíbles,
graciosos y en general bien interpretados. El mérito en ese sentido no es solo
de los actores, sino también de los guionistas (liderados por Sandra Arriagada),
autores de los ingeniosos diálogos llenos de humor local (e innecesarios “homenajes” a
la cultura popular incluidos), pero que también son los responsables de mantener la tensión de
principio a fin y no hacer “guatear” el alargue.
Por ahí se dijo, apresuradamente, que Antonia Santa María, aun siendo linda y buena actriz, no daba con el perfil de protagonista. Su
trabajo en la teleserie ha sido un tapabocas para los que esperan prototipos en
roles centrales. Uno de los grandes puntos a favor de la teleserie ha sido la buena complementación con Felipe Braun, su co-protagonista, quien también ha logrado desligarse de sus roles anteriores para interpretar a un huraño con evolución a simpático. Y si bien la irreverente y auténtica Laura Muñoz no era la heroína habitual de teleseries,
no nos cabe duda que la actriz es capaz de interpretar a una protagonista
típica con la misma credibilidad.
Sumando y restando, es posible que “La Chúcara” no trascienda
en la memoria colectiva como una de las grandes teleseries de la televisión
chilena, ni siquiera de los últimos años. Pero sí quedará en la memoria y eso ya es mérito. Más que un trabajo realmente innovador, fue un ejercicio bien hecho capaz de entretener a todo tipo de público: desde los más ingenuos que realmente se sorprendían con la historia hasta los que la veían como un placer culpable porque adivinaban todo lo que pasaba y encontraban irrisorias ciertas situaciones y a las hilarantes antagonistas (geniales Carolina Paulsen y Josefina Velasco como la loca "Rebeca" y la pérfida "Adriana", respectivamente). Pero lo cierto es que "La Chúcara" es uno de los puntos altos
(quizá el más) de lo que se ha hecho en el horario de las 15 horas, un avance para lo que se venía haciendo, mérito en gran parte de la dirección de Matías Stagnaro (quien debutó en teleseries luego de dirigir series como "Volver a Mi" y "Bim Bam Bum") que le dio un aire nuevo a la franja. El sello, la frescura y la alegría de "La Chúcara" se hicieron notar especialmente tras dos
telenovelas más bien insípidas como “El Regreso” y “Volver a Amar”.
Lo mejor: Antonia Santa María y Josefina Velasco.
Lo peor: La escasez de personajes y los capítulos divididos. Es cierto que son constantes comprensibles en un horario de bajo encendido donde no se puede aspirar a
grandes sintonías y que en parte escapan a la responsabilidad del equipo realizador. Pero ante todo somos espectadores y... hay que decirlo.
Calificación: 7/10
"La Chúcara"
(TVN, 2014-2015)
Dirección General: Matías Stagnaro
Guión: Sandra Arriagada, Jaime Morales, Natalia Luque, Francisco Arriagada.
Dirección Segunda Unidad: Alejandro Lagos
Producción General: María Luisa Sousa
Producción Ejecutiva DDRIO: Pablo Díaz del Río
Producción Ejecutiva TVN: Alejandro Burr
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