Por Víctor Herrera
El pasado sábado 3 de octubre (en rigor, los primeros minutos del domingo) finalizó "City Tour On Tour" en Canal 13. El programa de viajes conducido por Federico Sánchez y Marcelo Comparini, que concluyó su temporada tras hacer su estreno en televisión abierta el pasado mes de julio, centró dicho ciclo en distintas ciudades de Italia, partiendo por Roma y terminando en Nápoles. El programa nos invita a conocer la arquitectura y parte de la historia tras las construcciones, alternando información con asombro genuino.
La gran fortaleza del espacio que lleva más de cinco años en 13C y que lo ha mantenido vigente, es que escapa de ser el típico programa de viajes (sin desmerecer al resto), y su diferencia característica radica en el lenguaje. Alejado de la solemnidad y la formalidad propias de los espacios culturales televisivos, "City Tour On Tour" en primer lugar apuesta por lo coloquial. Y en segundo lugar (y coherentemente con lo anterior), se apuesta fuertemente por lo dialógico en lugar de optar por una narración en off que de cuenta de un trabajo alardeante de posproducción y montaje (aunque obviamente lo hay). Federico y Comparini dialogan durante los recorridos sin dejar de lado el humor y la naturalidad, en una relación que recuerda vagamente a la del Profesor Rosa con Guru Guru. Por otro lado, no se pierde el vínculo con Chile cuando hay comparaciones constantes entre lugares y construcciones locales y de la ciudad visitada. Todas esas características hacen de éste un espacio cercano, no solo porque la simpleza y espontaneidad generan identificación, sino también porque todo eso junto al aspecto dialógico lo vuelven presencial, como si estuviésemos siguiendo un recorrido en directo. Es así como el espectador se siente parte del tour que está viendo.
El programa, por lo tanto, no es solo contenido, sino forma: simple y espontánea, pero forma característica que lo convierte en el espacio ameno que es. La relevancia que se le da al lenguaje espontáneo es comprensible cuando se trata de un programa que no aborda en profundidad a los grupos humanos, sino que lo hace indirectamente a través de las huellas que estos han dejado en la arquitectura, y que sin el humor y lo coloquial el resultado sería frío o insípido.
Esa virtud en la forma a ratos se convierte en falencia cuando el protagonismo excesivo del carismático arquitecto y comunicador Federico Sánchez peligra con agotar... y es cuestionable cuando terminamos mirando más el dedo del sabio que lo que éste intenta apuntar.
Calificacción:
7
Bueno
Escala
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