Por qué el "éxito" de 'Moisés' en TVN no es para lanzar cohetes

Martes 29/03/2016

Por Víctor Herrera

Generalmente no escribo sobre la ficción extranjera de nuestra pantalla abierta. En el fondo tampoco lo haré en esta oportunidad, pues esta no es una crítica de la telenovela Moises y los diez mandamientos ni nada por el estilo. Es más bien una reflexión en particular sobre lo que implica la presencia de esta producción en la pantalla de TVN y un esbozo general sobre los envasados en la televisión chilena.

Soy consciente de que muchos de nuestros seguidores en Twitter son telespectadores asiduos a la ficción brasileña de Récord que el canal público emite de domingo a jueves. Eso se evidencia en la cantidad de RTs que nos notifican cada vez que damos el rating del prime con el hashtag de turno sobre la teleserie; se evidenció esta mañana cuando tuiteamos sobre la presencia de dos de sus actores en el Buenos Días a Todos; y se evidenció en las reacciones ante un tuit que emitimos esta misma mañana, que contrasta lo que TVN era en materia de ficción y lo que es hoy por hoy, donde afirmamos que es una "lástima que TVN haya sido una factoría de ficción exitosa y ahora sobreviva gracias a una ficción extranjera y trayendo a sus actores". (Ver aquí) Tuit que provocó algunas ronchas.

Aunque algunos no me crean, no soy el único que utiliza la cuenta de @TevitosUnidos en Twitter. El plural con el que nos autodenominamos es real, no retórico. Hay otras personas que usan la cuenta, algunos tienen acceso al rating online, lo dan a conocer cuando pueden y prefieren mantenerse anónimos, decisión que yo respeto. En el blog, por otro lado, la gran mayoría de las columnas están escritas por mí, no porque yo me atribuya ese derecho de manera exclusiva, sino por mero desinterés de mis compañeros en escribir para el sitio. Y al igual que casi todas esas columnas, el tuit referido en el párrafo anterior es de mi autoría y por eso me hago cargo de él en este artículo. De todas maneras, quería escribir hace tiempo una columna sobre la presencia que está marcando Moisés en la pantalla de TVN.

Una de las cosas que más nos han dicho en Twitter, es que el hecho de que TVN esté sobreviviendo gracias a Moises no importa porque “Mega hace/hizo lo mismo”. Hay que conceder cierta razón a estas afirmaciones en el sentido que el canal de Bethia salió del fango gracias a que dieron en el clavo saturando con los culebrones turcos. Pero la lógica del empate no constituye un argumento de peso en este caso.

Hace algunas semanas el guionista y dramaturgo Víctor Carrasco (hombre clave en la “época dorada” de Sabatini) escribió lo siguiente en su cuenta de Twitter: “Que Moisés sea el programa más visto de TVN me parece de una pobreza extrema en cuanto a contenidos. #Miseria”. Dicho tuit fue respaldado con un “me gusta” por parte sus colegas Pablo Illanes y José Ignacio “Chascas” Valenzuela, así como por las actrices Fernanda Urrejola y Mónica Godoy. Si por contenidos hablamos particularmente de productos de ficción, estoy de acuerdo con lo dicho por Carrasco (pese a que su crítica apuntaba en gran parte al carácter religioso de la teleserie que no es motivo de esta columna) y es que tampoco podemos pasar por alto el acierto del canal en el último tiempo con espacios como “Viral”, “4to Medio” y “Puro Chile”, independiente de sus resultados en sintonía. Pero en materia de ficción nacional, la señal no está en un buen momento, y la ficción es un pilar fundamental de cualquier canal público que se precie de tal. Actualmente el canal solo tiene en pantalla la teleserie diurna Esa No Soy Yo y la serie Por Fin Solos (ver crítica), y aunque ambas toman riesgos que las hacen rescatables, ninguna es realmente notable.

En mayo de 2015, cuando TVN preparaba el estreno de La Poseída en pleno apogeo de las turcas, el productor ejecutivo de dicha teleserie, Rodrigo Sepúlveda, afirmaba lo siguiente al diario La Segunda: “Tenemos una doble misión:  hacer teleseries muy buenas y que salgan a competir con teleseries extranjeras. El público no espera lo mismo de nosotros que de otros canales. El público no nos perdonaría si diéramos una teleserie turca. Nosotros no podemos vivir de los Simpson ni de las turcas. Tenemos que vivir de nuestra propia creatividad.”

Aquellas palabras resuenan casi un año después no solo por lo ciertas, sino por la ironía que representan en el panorama actual, cuando lo más visto del canal es precisamente una producción extranjera (que no sea turca da lo mismo) que ocupa gran parte del prime.

Pero hay que ser justos, tampoco es que TVN haya abandonado esas ideas que expresa Sepúlveda. Más allá de la desconcertante decisión de Eugenio García de despedir a Vicente Sabatini a meses de su regreso al área dramática y sin haber alcanzado a estrenar nada, la buena noticia es que los proyectos de ficción no han cesado en el canal. Además de la teleserie El Camionero, el canal prepara varias series, y una de ellas llama particularmente la atención: Casi un Ángel, con Benjamín Vicuña y Daniel Muñoz, que comienza a grabarse el próximo mes y que se ha anunciado como una "super serie" de setenta capítulos. Dicho proyecto tiene toda la pinta de ser una suerte de teleserie nocturna (por la cantidad de episodios, no sabemos si por la narración) con la calidad audiovisual de una serie... Esperemos que así sea.

Quiero dejar algo en claro. Los buenos números de Moises le hacen bien a TVN, porque son un respiro después de tropiezo tras tropiezo. Pero no son motivo de celebración ni menos de orgullo para un canal público. Motivo de celebración hubiese sido levantar la audiencia con La Poseída, con Matriarcas, con Zamudio, con Sitiados, con Juana Brava, todas buenas producciones de ficción que fallaron en la masividad por aspectos más contextuales que por falencias propias (aunque no niego que las tenían). Mega, por su parte, tiene al aire Pobre Gallo y Eres Mi Tesoro, dos producciones formulaicas que pueden no ser la cumbre de calidad de la ficción nacional, pero al menos su canal puede presumir de que son productos propios que le sustentan a largo plazo, aunque sea después de haber saturado con turcas. Es de esperar que las cifras de Moises le sirvan a TVN de piso para que renazcan sus propias producciones y no sea un "fenómeno" esporádico que se prolongue solamente a costa de más producciones importadas del mismo tipo.

No se trata de ser chovinista. Tampoco se trata de poner en cuestionamiento la calidad de la telenovela de Récord (no la veo con frecuencia) ni de negarle pantalla. Se trata simplemente de reconocer que la ficción de TVN no está pasando por buen momento ni en números ni en calidad, y que un envasado exitoso no cubre ese vacío, ni a nivel identitario ni de industria. Se trata de hacer la diferencia entre aplaudir el producto en sí (usted puede pensar que Moises es una joya, y está bien, disfrútela) y aplaudir al canal. Se trata de no caer en pedir más y más productos importados en la pantalla pública bajo la idea errada de que en Chile no hay gente que pueda hacer buenas ficciones, cuando cada vez queda más en evidencia que la crisis de contenido no es creativa, sino provocada por decisiones ejecutivas.

¿Salir de una crisis de audiencia sacándole provecho a un envasado es válido? Yo creo que sí y para cualquier canal. Pero habría que hacer la diferencia entre lanzar cohetes de euforia y felicitaciones cuando el canal público conquista el rating con un buen producto de factoría propia (que implica mérito, que refleja y construye identidad, y hace crecer una industria local de creativos, intérpretes y técnicos) y expresar alivio cuando la señal, que lo ha pasado mal, logra mantenerse a flote gracias a un envasado (independiente de su calidad). Y si estamos de acuerdo en esto último, y más aún si fuiste enemigo declarado de las turcas en el prime -y aquí no me queda otra que caer en la lógica de empate-, habría que cuestionar por igual cuando lo hace Mega que cuando lo hace TVN, en vez de aplaudir que tu canal predilecto lo haga justificándolo en que ya lo hizo el otro cuando en su momento lo criticaste tanto. Especialmente porque es el canal público la entidad de la cual uno esperaría más.