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Crítica de Cine: "Animales Fantásticos y dónde encontrarlos", magia más allá de Hogwarts

Martes 22/11/2016




¿Qué habría que saber?

“Animales Fantásticos y dónde encontrarlos” es la primera película de un total de cinco planeadas que se estrenarán cada dos años y que conformarán una saga-precuela de “Harry Potter”. La historia de la primera cinta se sitúa en 1926, cincuenta y cuatro años antes del nacimiento del Niño Que Sobrevivió. J.K. Rowling, que debuta aquí como guionista, ya anunció que los cinco filmes abarcarán diecinueve años en la ficción, hasta 1945, fecha en que ocurre un importante hecho mencionado en las novelas de Potter (y en una escena eliminada de la película "La Piedra Filosofal") que a los fans conocedores de su obra nos da luces sobre cómo terminará esta nueva saga. Prefiero no decirlo aquí porque podría considerarse spoiler, pero usted puede googlear.

A diferencia de Potter, esta película (y saga) no se basa en ninguna novela ni historia previamente publicada. Si bien existe un libro con el mismo título publicado por Rowling, se trata de una mera recopilación sobre animales mágicos escrito en la ficción por Newt Scamander (personaje principal de la cinta) que es usado como texto de estudio en Hogwarts por Harry y sus compañeros. Es decir que tanto la historia como el guion de la película son creación nueva de la autora, lo que tiene a su favor que ahora los lectores de Rowling iremos al cine cinco veces sin saber qué nos van a contar. Considero importante explicar esto, pues tras anunciarse la película muchos desinformados han malgastado dinero comprando el famoso libro esperando encontrar una historia, así como otros han criticado erráticamente que se hagan cinco cintas “adaptadas” de dicho libro (como si se tratase de la cuestionable trilogía de "El Hobbit"). En otras palabras, es importante saber que esta vez se trata de un guion original y no adaptación.

¿De qué se trata?

Newt Scamander (Eddie Redmayne) es un mago británico que ha viajado por el mundo rescatando criaturas mágicas, cuidándolas, investigándolas y liberándolas. Cuando llega a Nueva York con su maleta llena de criaturas, el mundo mágico está sumido en una crisis: la fuga en Europa del oscuro mago Gellert Grindelwald -cuyo objetivo es provocar la guerra entre los mundos mágico y no mágico para gobernar sobre el segundo- pone en riesgo de exposición a la comunidad mágica frente a los muggles (o No-maj, como los llaman los estadounidenses). En Estados Unidos, de hecho, los magos y brujas se ocultan con mayor temor.

Tras un incidente con el no-maj Jacob Kowalski (Dan Fogler), se escapan varias criaturas de la maleta de Newt. Las disímiles hermanas Goldstein, Tina (Katherine Waterson) y Queenie (Alison Sudol), dos brujas que trabajan en MACUSA (Congreso Mágico de los Estados Unidos) se convierten en aliadas de Newt y Jacob para recuperar a las criaturas, conformando así un cuarteto protagonista de diferenciadas personalidades con evidente reminiscencia al trío de Harry, Hermione y Ron.


¿Y qué tal es?

Las comparaciones son odiosas, pero en este caso inevitables. No es posible escribir sobre la cinta protagonizada por Scamander sin hablar de Potter, porque aunque sean historias distintas, comparten el mismo universo y lo conocimos mediante aquella saga. Considerando lo injusto y ridículo que sería comparar lo desarrollado en ocho filmes con lo expuesto en uno, me parece más apropiado hacer la analogía con “Harry Potter y la piedra filosofal”, teniendo ambas en común ser el inicio de algo más grande.

Obviando la diferencia en la calidad técnica producto de quince años de distancia entre ambos estrenos, mi más convencida valoración es que “Animales Fantásticos y dónde encontrarlos” es inferior en historia, pero superior en narración al primer episodio (y varios más) de Potter. Aquí no hay un héroe trágicamente marcado por su pasado y con un destino legendario, ni un villano temible relacionado estrechamente con el protagonista. Un conflicto tan sólido, tan bien concebido y tan claro como aquel en esta ocasión está ausente. Esta vez el punto de partida es mucho más fortuito y hasta coral: varias líneas confluyen progresivamente construyendo el conflicto sobre la marcha y hay una menor solemnidad en el relato, aunque este no carece de oscuridad.

En la narración, sin embargo, Rowling hace gala de todos sus talentos para atrapar al espectador desde los primeros minutos y no soltarlo hasta el final. El relato se desarrolla en unos pocos días (en contraste con el año académico de cada uno de los episodios de Potter), de manera que ocurre mucho en poco tiempo. Desde el comienzo se borda lo caótico sin agotar al espectador, construyendo un relato ágil, entretenido y divertido, con una subtrama oscura que gradualmente se conecta con la trama principal.

Lo más criticable del desarrollo es que el gran villano tiene una presencia demasiado lejana, casi inadvertida. Se echa en falta una presentación más didáctica para el público que no es conocedor a fondo del mundo de Rowling. Incluso quienes lo conocemos nos olvidamos rápidamente de él para centrarnos en las criaturas de Newt y en todas las subtramas. Por ello, la última gran revelación impacta más por motivos extranarrativos, opacando el actor al personaje.

Afortunadamente no ocurre aquello con todos los demás roles. Un elenco formado por actores donde la mayoría no es una super-estrella demasiado conocida, ayuda a que pensemos en personajes más que en intérpretes. Empatizamos con Newt y todos sus co-protagonistas destacan; Jacob por ser el más cómico, Queenie por ser la más encantadora y Tina por ser la más verosímil. Entre los secundarios sobresale el misterioso y vulnerado Credence, interpretado de manera destacada por Ezra Miller, así como su madre adoptiva Mary Lou, jefa de los "Segundos Salemers", una portentosa Samantha Morton en una suerte de versión extrema (sin nada de humor esta vez) de los intolerantes Dursley que maltrataban a Harry.

El director David Yates (director de las últimas cuatro de Potter) al menos esta vez se librará de las críticas de los fans más puristas que no toleraban (a veces con justa razón) la eliminación de episodios claves de los libros más largos de la saga en su versión para la gran pantalla. En esta oportunidad no hay novela con la que comparar, y la elección de Yates, que solo progresó en su trabajo en Potter, es un prudente acierto, útil para instalar esta cinta en el universo al que pertenece. El elegante estilo del director es incluso más pertinente para esta historia de época que para las de Potter, y sabe abordar tanto los momentos luminosos como los más oscuros para que el resultado no sea una mezcla disonante. La película, de hecho, deslumbra y divierte con las secuencias que tienen a las criaturas mágicas como protagonistas e impacta en momentos más tenebrosos sintiéndose como un conjunto coherente y orgánico.

Junto con Yates y el productor David Heyman regresan varios del equipo de la saga original. Entre ellos, el diseñador de producción Stuart Craig, cuya notable recreación de Nueva York de 1926 y la majestuosa y detallista creación del interior de MACUSA deberían reportarle su onceava nominación al Oscar, premio que ha ganado tres veces, aunque nunca por esta franquicia por la que ha optado al galardón en cuatro ocasiones. Y vaya que merecería ganar esta vez.

Se suman con acierto para elevar la calidad audiovisual de la cinta: el compositor James Newton Howard (ocho veces nominado al Oscar), la diseñadora de vestuario Colleen Atwood (tres veces ganadora) y el director de fotografía Philippe Rousselot (ganador de uno). Es particularmente notable el trabajo del primero, que emula en espíritu a las geniales creaciones del legendario John Williams (compositor de los primeros tres filmes de Potter), y aunque melódicamente no tiene su complejidad, acercándose más a la (bonita) simplicidad de Alexandre Desplat (compositor de los dos últimos), es un trabajo bello, muy efectivo y en ciertos momentos memorable.



Rowling pudo optar por el camino obvio y trillado de contar una saga-precuela directa de su serie original, centrada en los padres de Potter y/o su gran enemigo. Hay que valorar que haya elegido la ruta arriesgada: contar una historia que aunque comparte el mismo universo que la anterior, es muy lejana a esta no solo por la época, sino también porque se desarrolla en otro escenario, con otros personajes, otras convenciones y otra línea argumental. Las conexiones, que por ahora son unas cuantas referencias, prometen aumentar en las cintas futuras, pero se nota que ambas sagas funcionarán de modo independiente.

De este modo, más que repetir una fórmula, "Animales Fantásticos..." instala la propia y expande un mundo aprovechando sus posibilidades. Pues la gracia del mundo mágico de Rowling es que convive con el mundo muggle y tiene pretensiones universales, y ya vimos suficiente de Hogwarts en ocho películas como para no salir de ahí. En eso está uno de los sellos distintivos y el mayor aporte de esta cinta con respecto a la saga original: la expansión del mundo mágico y el abordaje de las relaciones entre magos y muggles. La tensión en relaciones de grupos humanos por presencia, ausencia o mixtura de sangre mágica es, de hecho, un aspecto importante de todo el imaginario de Rowling, funcionando como alegoría de racismo y tolerancia por lo diferente, y esta cinta ofrece una nueva perspectiva al respecto.

La película tendría un cierre mucho más satisfactorio si hubiese terminado en la sencilla y emotiva penúltima escena. La simpática escena final, en cambio, se siente algo boba y simplona, resta densidad al conjunto y hubiese funcionado mucho mejor en medio de los créditos.

Disfrutable de comienzo a fin, “Animales Fantásticos…” es una película imperfecta pero con mucho que aplaudir, y un inicio digno de una nueva serie que debería aspirar a consolidarse con carácter propio superando su condición de “derivado” o “spin-off”. Material hay: los personajes confirmados para la segunda cinta y el contexto de la primera nos dicen que la maleta de Newt no es lo realmente importante de esta saga (¿por qué titularla así, entonces?). Esperemos que, tal como ocurrió con la saga del famoso niño mago, la segunda película sea ya un poco mejor que la primera, y así con la siguiente…

Lo mejor: El gran momento del Thunderbird (Ave del Trueno), una secuencia bellísima donde la banda sonora alcanza su punto más sublime.

Lo peor: Sobra comedia y parafernalia (pese al buen nivel de los efectos visuales). Falta densidad y emotividad.
Nota:



Título original: Fantastic Beasts and Where to Find Them
Estados Unidos, Gran Bretaña, 2016
Dirección: David Yates
Guion: J.K. Rowling
Elenco: Eddie Redmayne, Katherine Waterson, Dan Fogler, Alison Sudol, Colin Farrel, Ezra Miller, Samantha Morton, Carmen Ejogo, Jon Voight, Ron Perlman, entre otros.
Producción: David Heyman, J.K. Rowling, Steve Kloves, Lionel Wigram
Música original: James Newton Howard
Edición: Mark Day
Diseño de producción: Stuart Craig
Diseño de vestuario: Colleen Atwood
Dirección de fotografía: Philippe Rousselot

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