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Crítica Telesérica: "Matriarcas", un escalón arriba para el horario familiar

Sábado 31/10/2015

Por Víctor Herrera



La teleserie que ya lleva más de 5 meses al aire en la señal pública, que cuenta la historia de Diana Nazer (Claudia Di Girólamo) y la búsqueda de sus treinta y tres nietos, está entrando en su recta final para despedirse en diciembre. No puedo dejar que se vaya sin antes escribir sobre ella, porque lo amerita, y si no lo hice antes fue porque mi curiosidad por ver cómo se desarrollaba la historia me hizo ser cauto y paciente a la hora de analizarla y calificarla.

"Matriarcas" es una teleserie arriesgada en un horario donde el riesgo no ha sido precisamente un sello en los últimos años. Las teleseries de las 20 horas son quizá las más estancadas del último tiempo, siendo en su mayoría resultados de perpetua aplicación de fórmulas, con un par de excepciones para aplaudir: las notables "La Familia de al Lado" (TVN) y "Primera Dama" (Canal 13), opacadas injusta y mutuamente durante el segundo semestre de 2010, con mejor suerte para la de TVN. "Matriarcas" sigue la senda de estas y busca innovar llevando el horario vespertino un paso más allá de lo habitual, pero esta vez centrándose en la comedia y tomándosela en serio. Pese al riesgo y lo diferente que pueda resultar, se trata de una producción que cumple con un montón de características para haber sido un éxito de sintonía de haberse estrenado en mejores circunstancias, ese mismo éxito que obtuvieron tantas producciones inferiores en distintos grados y aspectos a esta historia escrita por Sebastián Arrau (autor de "Primera Dama" y uno de los guionistas de "Machos").

Más allá de los números de audiencia, y a pesar de algunas imperfecciones en el desarrollo, "Matriarcas" sale airosa del riesgo que toma porque el resultado en pantalla es más que satisfactorio. Es una teleserie de personajes encantadores y trama cautivante, quizá no tan adictiva como pretende, pero más que simplemente entretenida.

Uno de los elementos más notables es que prácticamente todos los personajes están estrechamente relacionados con el conflicto principal, de manera que la intriga se potencia en su carácter coral y en su historia central. Los secretos y conflictos de cada subtrama dan material para varios capítulos, y aunque el desarrollo no ha sido todo lo sorprendente que pudo haber sido, sí ha mantenido un buen nivel de tensión y no se pierde el interés, pues constantemente están ocurriendo sucesos que, lejos de ser meras anécdotas, hacen que la historia avance.

Esa intencionalidad del guión de hacer que pasen cosas constantemente conlleva un punto a favor y otro en contra, pues si bien se mantiene el interés permanente, con capítulos más climáticos que otros, por momentos pareciera que la acción la lleva más el autor que los personajes... y de eso a lo artificial y al efectismo malo hay un paso. La decisión de Diana de llevar a cabo de todas maneras su boda con Gary (Francisco Reyes), horas después de enterarse de que se trata de un "estafador profesional", es el giro menos esperado y al mismo tiempo más inverosímil de la trama. Para peor, el resto de los personajes (y hasta el público mismo) terminan por naturalizarlo en los capítulos siguientes. Conste que no se trata de hacer un reproche moral, sino simplemente de una exigencia de coherencia. Y aunque este tipo de situaciones se condicen con cierto tono farsesco de la historia (que afortunadamente no cae en lo insufrible), de todas maneras es un episodio que se siente desencajado cuando el personaje de Diana no pertenece precisamente a esa estética excéntrica (como sí lo son Chantal o Juliana) y lo que queda manifestado es un intento deliberado y algo cargante de sorprender e impactar con "originalidad" a la teleaudiencia a costa de sacrificar lo creíble.

El mencionado giro no arruina la teleserie, porque los personajes y las historias secundarias están lo suficientemente bien para seguir brillando y entreteniendo. Pero le resta, especialmente cuando el hecho de que el protagonista fuese estafador implicaba una gran potencia dramática. Es decir, se esperaba que no fuese solo la excusa para que el personaje estuviese en el momento y lugar indicado en el primer capítulo para echar a andar la trama de búsqueda de nietos inseminados.

Para tratarse de una telenovela de horario familiar, "Matriarcas" es algo difícil de digerir en cuanto a toda la información que el espectador debe considerar para comprenderla a cabalidad, sumado a que tiene más personajes que el común de las teleseries de los últimos años. En ese sentido, si bien temáticamente parece menos densa que muchas producciones nocturnas, narrativamente puede decirse que es más "compleja" que varias, porque cuenta muchas historias de manera paralela, todas están relacionadas y casi ninguna de ellas es sencilla. Al espectador se le pide que comprenda que un personaje donó esperma hace más de veinte años siendo un adolescente, que entienda los contextos y motivos por los que cada una de las "matriarcas" se inseminó (lo cual se va revelando progresivamente), cómo Gary (Francisco Reyes) y Diana comienzan a contactarlas a espaldas de Alexis, cómo esas mujeres se van relacionando entre sí, en un comienzo sin saber lo que tienen en común, la información que ciertos personajes dominan y otros no, y un largo etcétera.

Definitivamente "Diana" no se sumará a la lista de personajes más memorables de Claudia Di Girólamo, gran actriz que como siempre ha hecho bien su parte, esta vez en un rol ingenuo y afable con el que los espectadores pueden empatizar y encariñarse hasta cierto punto, pero difícilmente fascinarse, sorprenderse y recordarlo con fuerza como ha ocurrido con otros. Lo bueno es que gran parte de sus compañeras de elenco pueden decir lo contrario sobre sus personajes: la exquisitamente amarga Letizia Nazer (Ximena Rivas), la entrañable Isabelle Stanford (Gloria Münchmeyer), la delirante Cony (Catalina Saavedra), la descarada Chantal Chávez (Blanca Lewin) y la tierna Juliana Flores (Andrea Velasco) no solo están estupendamente interpretadas, sino que se gozan en cada escena y quedan en la memoria.

Por otro lado, la acertada mezcla entre drama y comedia es otro gran punto a favor de la historia. Y en ese sentido, la familia Bravo Peñaloza es el mejor ejemplo, especialmente porque era fácil caer con ella en el estereotipo de familia popular (ese que vimos en los Sa Sa de "Brujas", por ejemplo). El mayor dramatismo de la historia recae en ese familia, y es agradable ver en roles dramáticos a Juan Falcón y particularmente a Coca Guazzini (encasillada por años en papeles cómicos de clase alta). Más aun, el personaje de Eduardo (gran actuación de Héctor Morales), que se mueve entre lo dramático y lo cómico, es el papel masculino más destacado de la historia y digno de ser recordado.

El alzheimer, la paternidad de crianza por sobre la paternidad biológica, los cuestionamientos sobre la inseminación misma y cuando se hace faltando a la ética -visto cómicamente en el personaje de Cony y dramáticamente en la historia del doctor Álvarez (Gonzalo Robles)-, son temas que están abordados de la manera precisa, es decir, sin ser un mero pincelazo pero tampoco pretendiendo convertir la telenovela en una clase acabada sobre todo ello. Son temas que, en definitiva, enriquecen una historia familiar aparentemente liviana.

"Matriarcas" puede parecer más de lo mismo en la forma. Y en parte lo es. Hay algunos resabios estéticos de la seguidilla de telecomedias olvidables pero exitosas que emitió últimamente TVN bajo el alero de María Eugenia Rencoret (y que ahora las hace en Mega). Sin embargo, aun así la actual vespertina presenta mejorías en la puesta en escena y en la posproducción con respecto a sus antecesoras. Y lo más importante es que, afortunadamente, el fondo (el guión y los personajes) es diferente y recuerda más a una "Sucupira" o a una "Tic-Tac" que a una "Pobre Rico" o una "Somos los Carmona". Pero lo mejor es que no es ninguna de ellas: es "Matriarcas", una teleserie con sello propio en todos los niveles, aunque la sintonía (y por ende el impacto mediático) hayan creado la errónea idea de que se trata de una telenovela vespertina menor o del montón...

Lo mejor: Los personajes... y si hay que elegir: Chantal Chávez.
Lo peor: La manera en que se desarrolla la historia de amor central.





Calificación:
8
Muy Buena






Escala


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"Matriarcas"
TVN, 2015
Lunes a viernes 20:00 hrs.
Producción Ejecutiva: Verónica Saquel
Guion: Sebastián Arrau, Valeria Hofmann, Jorge Peña, Bárbara Larenas.
Dirección: Ítalo Galleani
Dirección Segunda Unidad: Claudio López de Lérida, César Opazo.
Producción: Juan Carlos Asencio
Con la actuación de: Claudia Di Girólamo, Francisco Reyes, Emilio Edwards, Blanca Lewín, Josefina Fiebelkorn, Coca Guazzini, Catalina Saavedra, Andrea Velasco, Gloria Münchmeyer, Ximena Rivas, Juan Falcón, Rodrigo Muñoz, Santiago Tupper, Gonzalo Robles, Héctor Morales, entre otros.

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