El nuevo programa periodístico de TVN que conduce Consuelo Saavedra, lleva dos capítulos emitidos. Suficientes para sacar varias conclusiones, aunque asumiendo un par de riesgos: que los episodios
venideros puedan no ser igual de notables, o que bien dichos capítulos (y esto es muy probable) abran muchísimo más la riqueza temática del programa, de modo que esta breve reseña se quede más corta de lo debido.
El formato ya es reconocible. Por un lado, se aborda un caso real de una persona que ha vivido en carne propia una problemática asociada a las viralizaciones en Internet. Por otro lado, ese caso se interrumpe constantemente por la intervención de comentarios especializados, así como por la participación de gente en la calle. Esta dinámica dota de ritmo al espacio, lo enriquece, y como espectadores nos libra de un programa que pudo ser demasiado denso. Hay que sumar a ello la gran calidad técnica de la productora Fábula, que hace que #Viral: luces y sombras de la web sea audiovisualmente superior al común de los programas de reportajes.
La primera entrega estuvo dedicada al ciberbullying, mientras que la segunda se enfocó en el sexting y la pornovenganza. Temas serios a los que no siempre se les toma el peso. Y es que #Viral llega en un momento en que las inconmensurables e
incontestables ventajas de Internet han eclipsado sus peligros, a tal punto que
los temas tratados en los capítulos emitidos se han naturalizado y trivializado entre muchos
cibernautas, con frases nefastas del tipo “Internet es sin llorar”, como si estuviésemos en un campo de batalla donde hay que demostrar quién es el más gallito de todos; “Todo el
mundo lo hace”, como si eso (que además es mentira) significara que está bien dañar al resto; y la más ridícula de todas: “No es la vida real”, como si los
personajes detrás de avatares y nicks
no fuesen personas reales, como si lo que se escribe en redes sociales no tuviese
una intención y un efecto, como si la difamación en la web no repercutiera en la
vida familiar y laboral.
#Viral trata de casos particulares y extremos, pero que apelan
a la sociedad en general, particularmente a aquellos que hacemos uso de las
redes sociales. El espacio indaga en cómo usamos una herramienta que puede
ser tan beneficiosa como perjudicial, y da luces para tomar conciencia de que
su utilización conlleva responsabilidades. Esa intención aleccionadora puede molestar a muchos, pero es necesaria. La lección es para victimarios y también para víctimas
(especialmente posibles víctimas). Pero reducir la problemática a la mera responsabilidad de estos últimos es absurdo. No se trata solo de cuidarte para que no te falten el respeto, se trata primero y fundamentalmente de no
faltarle el respeto al resto. Nadie está libre de ser vulnerado ni de vulnerar al resto (es muy fácil hacer y decir de todo escondiéndose es un nombre falso y una imagen ajena), pero en esto último las decisiones personales son las decisivas. Creer que todo se reduce a saber configurar la privacidad de Facebook es no entender el trasfondo del problema.
La comparación puede parecer inapropiada, pero hay que decir
que #Viral es superior a ¿Y tú qué harías?, su antecesor en el área, que en
sí ya era un programa notable. Mientras dicho espacio abordaba únicamente situaciones
hipotéticas, #Viral aborda casos reales, concretos, y por ello su retrato es mucho más impactante, su mensaje es más poderoso y pertinente, y el debate provocado es mayor.
#Viral: luces y sombras de la web es con diferencia el mejor programa chileno de lo poco que llevamos de 2016. Hasta ahora nos ha mostrado principalmente sombras. Esperemos a ver si nos muestra más luces.
Lo mejor: Todo.
Lo peor: No tener nada que poner en este espacio (la crítica negativa siempre se goza más... ya ven, mi troll en potencia).
Calificación:
10
No se porque no dieron este programa
ResponderBorrarAhora irá los domingos a las 22:00, dentro del noticiero central. Saludos.
Borrar